Back SARA Y SU FAMILIA BROMEAN CON QUE SON LOS PRIMEROS EMIGRANTES CLIMÁTICOS

SARA Y SU FAMILIA BROMEAN CON QUE SON LOS PRIMEROS EMIGRANTES CLIMÁTICOS

Sara Cayuela, artista. Junto a su marido, sus tres hijos y sus padres, Sara Cayuela se instaló en Alles, donde se han construido una casa, en plena pandemia. En el bajo tiene un taller artístico, que comparte con su madre, profesora jubilada de la escuela de arte de Almería, y próximamente empezarán a ofrecer cursos para quien quiera compaginar el aprendizaje artístico con la visita a esta zona del Oriente. Sara y su familia vienen de Almería, hartos de un clima sin agua y con demasiado calor. El cambio climático en ellos es también cambio de vida.

La artista Sara Cayuela y su familia ha llegado a Alles desde la calurosa Almería en busca de una nueva vida. Se preguntan medio en broma, medio en serio, si serán los primeros emigrantes climáticos que recibe Asturias, el país del verde y la lluvia (al menos por ahora).

“Yo había venido de pequeña a Asturias, pero hará como nueve años empezamos a venir de vacaciones cada año mi marido y yo y mis tres hijos. Nosotros vivíamos en Almería y esto nos gustaba muchísimo y decidimos comprar un terreno aquí para, en un futuro, hacer una casita o algo así. El proyecto de vida era muy a la larga pero, por circunstancias, mi marido se prejubiló de la Policía, y vimos la oportunidad de venirnos ya aquí. Así que nos hicimos una casa. La mudanza nos pilló en pleno confinamiento de 2020, una locura de cajas. Pensamos que era el momento de venir porque los niños todavía eran pequeños. Tienen 16, 14 y 8 años. Y mi madre, que era profesora de cerámica en la escuela de arte de Almería, también se jubiló. Yo soy hija única y les planteamos la posibilidad de que se vinieran con nosotros. Y decidieron también unirse al proyecto”.

“Yo estudié Derecho, pero nunca ejercí. Me dedico a la encuadernación y al bookscraping (una técnica artística para crear álbumes personalizados a partir de recortes) y mi madre, además de la cerámica, hace grabado. Cuando vinimos nos convenció la posibilidad de poder tener las dos juntas un local más amplio para desarrollar nuestra actividad. Ahora pretendemos poner en marcha un taller creativo aquí en Alles, para la gente de la zona y para que gente de fuera pueda venir a aprender estas técnicas y pasar en el concejo unos días. Es un tipo de oferta que aquí no hay. Así, además de comer muy bien y ver naturaleza, el turista pueden tener otro tipo de actividades que no sea sólo coger una canoa y bajarse el Cares. Lo vamos a llamar ‘La Tierrona’, como se llama el terreno donde construimos nuestra casa”.

“Ahora, pensándolo bien, cuando empezamos a ir a Asturias, yo creo que en realidad estábamos buscando el lugar que nos enganchara. Hasta que conocimos Alles y eso nos enamoró. Y luego la gente fue estupenda con nosotros, muy acogedora. Eso ya fue lo definitivo, aparte del paisaje. Hay cosas que se hacen y realmente no sabes muy bien por qué. Era el momento de cambiar de vida, de cambiar de paisaje, de gente, de emprender cosas nuevas. Fue un cúmulo de circunstancias”.

“Mis padres vivían en un pueblo cerca de la capital, que está pegado ya a Almería, pero nosotros vivíamos en la Alpujarra almeriense. La granadina es la más conocida, pero la Alpujarra también tiene una parte en Almería. Vivíamos en Felix, el típico pueblo blanco andaluz, a 25 kilómetros de la capital. Cuando nos conocimos nos fuimos a la Alpujarra porque estaba a 800 metros de altura y ni yo ni mi marido, aunque es de Murcia, fíjate, llevamos bien el calor. En Almería el calor es muy duro, es muy duro y allí en seguida, en el mes de abril, empieza a hacer mucho calor y sabes que ya son siete meses de calor y de pasarlo mal. Habrá gente que le encanta el calor, pero yo no lo soporto. Y mi madre también lo pasaba fatal. No nos preocupaba el venirnos al Norte y que lloviera, al contrario”.

Sara Cayuela en Alles

Sara Cayuela en Alles JULIÁN RUS

“Nosotros siempre también lo decimos: mira, vamos a ser los primeros emigrantes climáticos de Asturias. Nos lo decimos muchas veces. No sólo es por el calor, es también es la falta de agua. De hecho, en el pueblo donde vivíamos ya está habiendo muchos problemas para tener agua. Empezaban las restricciones. Y era un sitio que no tenía ese problema hace unos años, eh. Ten en cuenta que el agua de Sierra Nevada llegaba allí y no había problema”.

“Pero, en los 17 años que hemos vivido en Felix, hemos visto los cambios. Los primeros dos años que vivimos allí en invierno nevaba y había carámbanos en casa. Pero eso se acabó, se acabó y ya no los volvimos a ver. Y los almendros, que son de secano y allí hay mucha producción de almendra, están secándose. Ya no viven. Un almendro es durísimo y no necesita agua, pero se están muriendo. Lo mismo los olivos, algo impensable hace muchos años. Y el esparto, que allí se trabaja mucho y es durísimo. Pues se está secando. Y eso ha sido en muy pocos años. Te estoy hablando de hace diecisiete años, que no hace cincuenta. Nosotros hemos visto ese cambio. Lo hemos visto claramente”.

“Yo necesitaba un cambio de clima. Hay también una cosa muy importante, que a los asturianos os parece una tontería porque lo vivís, pero el no tenerlo se nota. Me refiero al cambio de estación. Los ciclos no los vivíamos cuando estábamos en Almería. El ciclo natural. Nosotros conocíamos una estación o dos como mucho, que era el verano y la primavera. No había otra. Aquí estás viendo el cambio en la flora. Tú ves los árboles y ves las hojas cómo cambian de color. Y parece que no, pero el cuerpo también necesita esos cambios para recuperarse. Como la flora, que también necesita esos cambios para seguir adelante. El cuerpo nota esa cosas, los cambios del entorno. Yo aquí me he llegado a marear, físicamente, por las dimensiones de las montañas”.

“Tenemos la suerte de tener muchos amigos y como les gusta mucho el Norte aprovechan que estamos aquí y nos vienen a visitar. Nos lo dicen: es que necesitábamos esto, no tenéis ni idea de lo que es no tener agua, no tener estaciones y de que cada vez vaya a más. Cada vez va a más el verlo todo seco. Es lo que comentaba mi madre: el sol del chiringuito está muy bien para la semana de vacaciones pero en el día a día y trabajando es otra cosa. Con lluvia te tapas, te pones un chubasquero o vas con un paraguas; y sales y hueles a lluvia. Pero estar todo el día a treinta y tantos grados no es fácil. Y por la noche no baja la temperatura. Eso también lo hemos notado mucho. Aquí nos dicen que antes los inviernos están muy duros. Tampoco lo vemos tanto. Nos pintaban esto como Mordor y no es así. Aquí estamos viviendo muy bien. Y en invierno, estupendamente”.

Referencias

LNE

En Cabrales y las dos Peñamelleras se alcanzaron preocupantes niveles de desempleo durante 2010

No es de extrañar que el desempleo y la previsible evolución negativa de la economía ocupen los primeros lugares entre las preocupaciones de los españoles. Cuando, después de tres años completos de crisis, la sociedad española se dispone a encarar el recién estrenado 2011, puede decirse que las fuerzas, la paciencia y la esperanza se hallan muy debilitadas. El año 2010 cerró oficialmente con un descenso, en el último mes, de 10.000 parados menos y una cifra total de 4.100.073 españoles que no consiguieron abrirse paso en el mercado laboral.

Asturias, que no puede decirse que esté atravesando uno de los periodos más brillantes de su Historia, acabó el año con un total de 81.199 parados y con un incremento de 1.552 asturianos sin trabajo durante el mes de diciembre. El balance definitivo que presenta la región es de 5.362 desempleados más que en 2009.

Aunque el fenómeno del desempleo constituye un mal generalizado capaz de afectar a la sociedad en su conjunto, es posible describir un comportamiento diferenciado al analizar en detalle su comportamiento por sexo, edad o sector de la actividad productiva. Mientras que en el conjunto de España la diferencia del número de desempleados por sexo se ha igualado progresivamente desde 2004, en Asturias se mantiene una diferencia de seis puntos en detrimento del empleo femenino, alcanzando el 53,05 por ciento entre las mujeres frente al 46,95 por ciento entre los varones.

Por edades, la franja de menores de 25 años, muy afectada en toda de España, con porcentajes que se aproximan a los 25 puntos, ha registrado un mejor comportamiento en Asturias durante 2010, con una leve disminución del 1,74 por ciento. Muy preocupante ha sido, sin embargo, el incremento del desempleo entre los asturianos mayores de 45 años, llegando a afectar al 34,60 por ciento de las personas que han superado dicha edad.

De los 81.000 desempleados asturianos, 52.000 provienen del sector servicios. El único sector productivo que ha mejorado sus cifras a lo largo del año ha sido el industrial, con una incremento del 1,35 por ciento, frente a los retrocesos de la construcción, un 8,77 por ciento más, y de agricultura y pesca, sector muy disminuido actualmente en la región, que registra un incremento del desempleo del 20,30 por ciento.

Por lo que se refiere específicamente a la evolución del empleo en los concejos de Cabrales y de las dos Peñamelleras, resulta útil establecer una comparación entre los datos de 2006 y de 2010. Si bien ninguno de los tres concejos mencionados alcanza el triste record de duplicar la población de desempleados, cosa que sí ocurre en Onís, Ribadedeva y Ribadesella, no se puede decir que el comportamiento del empleo haya sido ni siquiera discreto en estos cuatro años. El número de parados pasó en Cabrales de 90 en 2006 a 175 en 2010, un 94,4 por ciento más. Las cifras de Peñamellera Alta son un poco menos malas, de 27 parados a 48, un 77, 7 por ciento más en la actualidad. Peñamellera Baja arroja las mejores cifras de todo el Oriente, pasando de los 58 desempleados de 2006 a los 75 de 2010, un 29,3 por ciento más.

Por sexos, las cifras están igualadas en Peñamellera Alta, 23 hombres y 25 mujeres no encuentran ocupación. Y de los 175 cabraliegos desempleados, 98 son hombres y 77 son mujeres, mientras que en Peñamellera Baja la cantidad de varones sin empleo, 49, casi duplica a la de mujeres, que asciende a 26.

Un mal que aqueja a las economías de los tres concejos analizados es la estacionalidad. Cabrales registró la firma de 401 contratos a lo largo de 2010, concentrándose la mayor parte de ellos durante los meses de marzo, abril y julio. Por su parte, Peñamellera Alta registró un total de 69 contratos firmados, con fuertes repuntes en julio y agosto frente a la ausencia de nuevos contratos en diciembre. Peñamellera Baja presentó un esquema parecido, si bien algo más regular de marzo a septiembre, con un incremento mensual de contratos cercano a los veinte. El concejo registró un total de 227 firmas de contrato durante 2010. Durante el mes de diciembre, se cerró en Cabrales un total de 13 contratos, 3 de ellos indefinidos a tiempo completo, correspondiendo 11 al sector servicios, uno a industria y uno a construcción. Peñamellera Baja, por su parte, registró otros 13 contratos, 4 indefinidos , sólo dos de ellos a tiempo completo, correspondiendo el resto a contratos temporales a tiempo completo y parcial. El destino de dichos contratos fue: uno a industria, uno a construcción y 11 al sector servicios. Peñamellera Alta cerró el año sin registrar ninguna nueva contratación

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