El pueblo de Oceño, en el concejo de Peñamellera Alta, ha festejado junto con un grupo de veinte universitarios de Madrid la rehabilitación de la Iglesia parroquial de San Juan Bautista. Primero, se celebró una misa solemne y, después, una espicha en la que los vecinos convidaron a los jóvenes estudiantes para agradecerles el trabajo que desarrollaron el pasado mes de julio, cuando acondicionaron el edificio religioso. Alumnos y personal de CEU San Pablo repasaron entonces los tejados y lijaron y barnizaron las superficies de madera, además de acometer la pintura del interior.

La alegría general reinante durante la jornada la describió el alcalde de Peñamellera Alta, José Antonio Roque: "Para nosotros es un privilegio festejar la recuperación de la iglesia, que es de los vecinos. Aunque pertenece al Obispado (de Oviedo), nosotros la entendemos como de los vecinos porque al final es algo muy nuestro, muy presente en nuestras vidas".

La idea trasladada por el regidor fue compartida por todos los vecinos, que pusieron en valor la aportación de los universitarios, tal y como explicó Carla Martínez Bada, vecina de Oceño: "Nos hacía falta darle alegría a la iglesia y otra cara nueva. Fue, por lo tanto, una muy buena idea haber podido reformar la iglesia todos juntos, el pueblo y los universitarios".

Una "alegría con fondo", como explicó el padre Steven Rivas, párroco de la Unidad Pastoral de las Peñamelleras Alta y Baja, agradeciendo su labor a los universitarios: "No solo es el hecho que hayáis venido a pintar y recuperar el templo que no estaba en buenas condiciones. El arreglo es dar nueva vida a esta parroquia y permite recordar de dónde venimos, que es el amor de Dios, que siempre nos recuerda que está con nosotros, y eso es lo que vosotros nos habéis hecho recordar", expuso.

El arreglo de la iglesia ha sido una oportunidad para unir al pueblo, en opinión del peñamellerano Alejandro Sánchez, exalcalde del concejo: "Al venir los universitarios en el verano y luego volver ahora a la misa de inauguración, nos ha unido a todos los vecinos del pueblo", apuntó. "Hemos ayudado en lo que hemos podido, e incluso gente que estaba fuera ha venido por este motivo, para reunirnos y compartir, para visitar la iglesia que se ha recuperado y pintado", añadió Sánchez.

La misa, con gaita y tambor, fue presidida por el vicario general de la diócesis, Adolfo Mariño. Concelebraron el ya citado párroco de la Unidad Pastoral de las Peñamelleras Alta y Baja; el párroco de Cabrales, Pedro Fernández; Amador Galán, antiguo párroco de Colombres (Ribadedeva) y D. Daniel Rojo. Acolitaron el oficio religioso el sacristán local y un alumno de la Universidad San Pablo.

Referencias

LNE