Cada noche, alrededor de 400 personas duermen en el aeropuerto de Barajas porque no tienen otra opción. Son vidas marcadas por la pérdida, por circunstancias que las dejaron sin nada, incluso a veces sin la esperanza de empezar de nuevo. Este es el caso de Salvador Méndez, 'Salva', un hombre de 28 años que llevaba desde el año 2022 viviendo en las instalaciones del aeropuerto.

Con estudios y experiencia laboral, era DJ y productor musical. Sin embargo, se vio obligado a quedarse en la calle tras la pandemia, debido a la falta de empleo y problemas familiares. "No puedes trabajar si no tienes dónde ducharte o lavar tu ropa", señaló hace unos días en ‘Y ahora Sonsoles’, el programa de Antena 3 ​​​​​​. Asimismo, denunció la criminalización de las personas sin hogar, la falta de ayuda institucional, y pidió dignidad: "Ninguno somos bestias salvajes".

En esa misma línea, explicó cómo la situación se vuelve una trampa sin salida, donde, pese al deseo de encontrar trabajo, las condiciones lo hacen casi imposible: "Nadie quiere vivir en la calle y, una vez aquí, es difícil encontrar ocupación, porque necesito un trabajo para costearme un techo y para tener un empleo es complicado si eres indigente, por el aseo, la ropa, etc.", resumió.

Una oportunidad para ‘Salva’

Lo que Salvador no sabía en ese momento era que, al otro lado de la pantalla, alguien lo escuchaba de verdad. Fernando Fernández, asturiano y propietario del Hotel La Molinuca en Llonín (Peñamellera Alta), no dudó ni un segundo en ponerse en contacto con Espejo Público para ofrecerle al joven una oportunidad que podría cambiarle la vida: un trabajo como camarero de habitación, con alojamiento y pensión completa en el hotel, junto a los Picos de Europa.

"Vi a Salvador en la televisión y me llamó la atención", por ello, " mandé un mensaje a la televisión ofreciéndole trabajo para para sacarle de allí", ha confesado Fernando a Libertad Digital.

‘Salva’ se trasladó a Asturias tan solo un día después de que el empresario se pusiera en contacto con el programa. "Lo traje al día siguiente de verlo, pero todavía no ha empezado a trabajar. Empieza mañana", ha explicado Fernández. "Ahora se está adaptando un poco. Nos estamos conociendo, a ver si encaja, y también si nosotros encajamos con él. Poco a poco", ha subrayado.

Este gesto de solidaridad no es nuevo para Fernando y su mujer que, durante la pandemia, abrieron el hotel para quien necesitara sitio donde quedarse. "Incluso ofrecimos trabajo a una persona, que se quedó casi dos años", ha recordado.

Una historia que puede llegar a muchos

En este sentido, Fernando ha sido tajante reflexionando qué le diría a otros empresarios que pueden ayudar a las personas sin hogar: "Es lo más fácil del mundo. Si todo el mundo hiciéramos lo mismo, igual no habría tanto problema". Además, ha insistido en que todo el mundo se queja de no encontrar trabajadores, cuando "en la calle hay mucha gente que sí quiere trabajar".

Y ha lanzado un mensaje: que este acto no quede aislado. "Espero que esta historia se viralice y que la gente empiece a ponerle ganas y a echar una mano. No solo con los de Barajas, en cualquier ciudad grande de España hay gente tirada en la calle", ha añadido en declaraciones a este medio.

Así, la historia de Salvador, que parecía estar destinada a quedarse en el silencio de una terminal, se ha convertido en un ejemplo de solidaridad por parte de Fernando, y en un reflejo inspirador para toda la sociedad.

Referencias

LIbremercado